Este episodio se remonta a mi etapa de estudiante de EGB, no recuerdo el curso, tercero o cuarto, mas bien cuarto, ya mi madre me dejaba ir solo al colegio. Una tarde de camino al colegio, un cuarto de hora antes de las tres, iba con un, compañero y vecino, de los que crecimos juntos y vivimos despertares y anocheceres juntos... Íbamos como todos los niños a esas edades, jugando, corriendo y yendo por el camino que mi madre no quería que fuera, porque sacaban de paseo los perros, y podíamos pisar sus excrementos. Por aquellos patios solía haber bastante suciedad y no solo por culpa de los perros que ellos no tenían la culpa de nada, si no mas bien por la gente que cuando se quiere deshacer de algo, lo tira al suelo sin ninguna consideración. Esto ocurría antes y me da la impresión que ahora mucho más.
Una de tantas tardes que iba de camino hacia el colegio por aquellos vericotales, vi tirada en el suelo una revista. No estaba completa, solo algunas páginas unidas por dos grapas. Me llamó la atención el color carne de lo que que pudiera ser una fotografía de algo que, intuí, no me dejarían ver mis padres si fuera con ellos, y es que uno ya de pequeño aprende que las cosas prohibidas suelen ser las mejores, y parece que aquel cuadernillo que reclamaba mi atención más acusadamente y fuera lo que fuera necesitaba ser descubierto por mi curiosidad.
Cuando eres pequeño, la primera toma de contacto con el sexo, te llega sin darte cuenta de nada, y este fue para mi uno de tantos que tuve en mi adolescencia.
Como atraído por un imán, cogí esa revista del suelo, mi amigo se acercó a mi, y vimos algo que al menos yo no había visto nunca. ¡Tenia en mis manos un ejemplar de la revista Interviu!, aunque no tenía la portada si que lo supimos por que al lado de cada número de hoja ponía Interviu.
Estaba de suerte, porque todos los días pasaba por un kiosco y la tenían allí, siempre la miraba porque en las portadas habían mujeres denudas, y sentía la necesidad de mirarlas, aunque sea de reojo porque yo he sido siempre un niño bueno, pero nunca había tenido una en mis manos.
Aquel momento era una experiencia nueva para mi, no solo porque deseaba encontrarme con lo que nunca había visto y lo tenia en mis manos, sino porque por fin tenia en mis manos una revista de aquellas que veía en el kiosco cada vez que iba al colegio.
Mi amigo se acercó a mi y fuimos a hojearla como dos locos buscando las fotos que queríamos descubrir, y llegamos hasta ellas. El recuerdo de aquella hoja me quedará para toda la vida, era el coño de una mujer, con su pelo, un primer plano, de aquellos coños ochenteros de una mujer que estaba recostada sobre algún sillón con las piernas abiertas. Esto no lo había visto nunca antes, pero sentía que quería mirarlo mucho, estábamos mi amigo y yo devorando con la mirada aquel coño, mientras que mi cola, si digo mi cola, porque por aquellos tiempos aun no me había masturbado, se me empinaba.
Seguimos hojeando aquel residuo de revista que tanto nos gustaba y llegamos a alguna página donde salia la cantante eurovisiva Massiel por lo que mi imaginación infantil me hizo pensar que aquel coño tan bonito era de ella.
He crecido recordando ese momento cada vez que he visto a Massiel por televisión, muchos tienen la imagen de esta mujer cantando en el festival de Eurovisión yo en cambio a partir de aquel momento, se me contaminó la mente y crecí pensando en su coño que estaba fotografiado en aquella revista.
Hoy tras mirar en Internet, creo saber que aquel coño no era de ella y que tal vez se tratara de la chica de la portada. (Internet también tiene estas cosas).
Pero quiero seguir viviendo aquel momento y engañándome, pensando que aquel coño de mujer que vi cuando era pequeño en aquella revista era el Coño de Massiel.
Una de tantas tardes que iba de camino hacia el colegio por aquellos vericotales, vi tirada en el suelo una revista. No estaba completa, solo algunas páginas unidas por dos grapas. Me llamó la atención el color carne de lo que que pudiera ser una fotografía de algo que, intuí, no me dejarían ver mis padres si fuera con ellos, y es que uno ya de pequeño aprende que las cosas prohibidas suelen ser las mejores, y parece que aquel cuadernillo que reclamaba mi atención más acusadamente y fuera lo que fuera necesitaba ser descubierto por mi curiosidad.
Cuando eres pequeño, la primera toma de contacto con el sexo, te llega sin darte cuenta de nada, y este fue para mi uno de tantos que tuve en mi adolescencia.
Como atraído por un imán, cogí esa revista del suelo, mi amigo se acercó a mi, y vimos algo que al menos yo no había visto nunca. ¡Tenia en mis manos un ejemplar de la revista Interviu!, aunque no tenía la portada si que lo supimos por que al lado de cada número de hoja ponía Interviu.
Estaba de suerte, porque todos los días pasaba por un kiosco y la tenían allí, siempre la miraba porque en las portadas habían mujeres denudas, y sentía la necesidad de mirarlas, aunque sea de reojo porque yo he sido siempre un niño bueno, pero nunca había tenido una en mis manos.
Aquel momento era una experiencia nueva para mi, no solo porque deseaba encontrarme con lo que nunca había visto y lo tenia en mis manos, sino porque por fin tenia en mis manos una revista de aquellas que veía en el kiosco cada vez que iba al colegio.
Mi amigo se acercó a mi y fuimos a hojearla como dos locos buscando las fotos que queríamos descubrir, y llegamos hasta ellas. El recuerdo de aquella hoja me quedará para toda la vida, era el coño de una mujer, con su pelo, un primer plano, de aquellos coños ochenteros de una mujer que estaba recostada sobre algún sillón con las piernas abiertas. Esto no lo había visto nunca antes, pero sentía que quería mirarlo mucho, estábamos mi amigo y yo devorando con la mirada aquel coño, mientras que mi cola, si digo mi cola, porque por aquellos tiempos aun no me había masturbado, se me empinaba.
Seguimos hojeando aquel residuo de revista que tanto nos gustaba y llegamos a alguna página donde salia la cantante eurovisiva Massiel por lo que mi imaginación infantil me hizo pensar que aquel coño tan bonito era de ella.
He crecido recordando ese momento cada vez que he visto a Massiel por televisión, muchos tienen la imagen de esta mujer cantando en el festival de Eurovisión yo en cambio a partir de aquel momento, se me contaminó la mente y crecí pensando en su coño que estaba fotografiado en aquella revista.
Hoy tras mirar en Internet, creo saber que aquel coño no era de ella y que tal vez se tratara de la chica de la portada. (Internet también tiene estas cosas).
Pero quiero seguir viviendo aquel momento y engañándome, pensando que aquel coño de mujer que vi cuando era pequeño en aquella revista era el Coño de Massiel.
Comentarios
Publicar un comentario